Al reflexionar sobre este descuido casi pensé que estaba ocurriendo lo increíble: que el pasado se alejaba de mi presente y gradualmente estaba siendo libre. Pero esta ilusión duró poco, el tiempo de leer y sonreír porque el pasado viene a buscarme a la puerta. Soy esclava de mi pasado y lo más terrible es que creo que es por mi expreso deseo. Pienso en ello y es una terrible afirmación.
Lo cierto es que si hubiese un botón que destruyera por completo ese vínculo de apego pasado… no lo pulsaría; así que tengo que hacer frente a esa situación, ser consecuente con mi decisión.
Pero es curioso, no estoy de acuerdo con mi decisión, sin embargo, así la siento, así la tomo.
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