miércoles, 31 de marzo de 2010

AMAPOLAS SALVAJES



Me he trasladado del invierno a la primavera de la misma forma que me trasladé este último verano al otoño: con incertidumbre, expectación y de forma diferente al resto de los años anteriores.

Sin embargo, sigo mirando a la Luna por las mismas razones. Los animales de mi vida no sólo están en OT, sino en este mundo crápula al que tan unida me siento. Será mi naturaleza de animalita que añora asalvajarse la que me hace vivir entre zorras, perros, monos, lobos y coyotitos fritos. 

Colores que se mimetizan ahora que es primavera los habrá, animales que se confunden con su contexto existirán, habrá lo que siempre ha habido y debe haber. Así que emplazada ya en la primavera quizás sea conveniente que florezca aunque sea algo efímero pero periódico.

Antes de que los colores cambien y la primavera de paso al verano debo mirar a la Luna para saber que frutos pueden dar mis flores.