miércoles, 3 de febrero de 2010

EL SUEÑO DEL PENSANTE



De pronto, ¡me desperté!

Sentada en la cama y en la oscuridad poco a poco fui recobrando la respiración. ¿¿¿Dios existe??? Esa era la pregunta que aun me ataba al sueño. Así que no encendí la luz, sino que me tumbé de nuevo, pero ya no podía dormir, sino pensar.

Por supuesto pensé en Dios, pensé que aun no creyendo en su existencia de cuando en cuando sueño con “Él”. Pensé en los sueños en los que me soltaba del manillar de la bici y no tenía problemas de equilibrio, a los días de estos sueños lo lleve acabo y era fácil porque ya lo había soñado antes. Recordé mis sueños de accidentes, de muertes, de encuentros y desencuentros. Rememoré los viejos sueños que tuve cuando era muy niña. Pensé en algo más que soñar, pensé en cosas que antes podía hacer y ahora, tras “desaprenderlas” no las sé retomar.

Pensé en soñar que las retomaba, pero eso ya lo soñaba despierta. No me quedó muy claro si al pasar por REM esto me resolvería algo. Se me repitió la pregunta: ¿¿¿Dios existe???... 

Mejor voy a pensar en hacer lo que deseo, sepa hacerlo ya o no, y así salir de este otro sueño.