jueves, 13 de marzo de 2008

JUEGOS DE CARTAS: ULTIMATUM


He jugado a demasiados juegos y me he acostumbrado a ganar con facilidad. Se me dan bien las cartas, se me dan bien las apuestas... porque la realidad es que yo nunca me juego nada pero imposto lo contrario como mandan los naipes.

Cada vez que he asomado los dedos a las apuestas verdaderas pierdo; y ya sé por que: No sé jugar bien a los juegos de cartas, levemente conozco las reglas y su intrínseco argot, me cansa programar más allá de cuatro jugadas y lo único que hago de maravilla es simular que lo anterior también lo hago bien.

Si me apuesto algo de valor me quedo desnuda y ya no puedo aparentar igual, se me nota la falta de profesionalidad y mi escasa maestría.

Pero necesitaba jugar a este juego, sólo una mano, la mano del órdago: yo lanzo primero y todo queda visto. Para mi se queda lo que apuesto y para mi contrincante su derecho a plantarse.