En el juego de la adivinación donde los “sí” son complicados (conversando en plan estadísticas hablamos aproximadamente de un 10% de posibilidad); nos encontramos con que a su vez esta posibilidad se reparte en cuatro con valores unitarios de diferente categoría.
Bien, todo esto que es casi incomprensible, en un caso práctico que tenía prometido sería más fácil de comprender: A una pregunta (que me habían formulado y prometí responder) dónde la respuesta que se espera es un “sí” o un “no”, tendemos a pensar que se trata de un simple 50%. Ni que decir tiene que no lo veo así, pues depende de muchas variantes que sea más probable responder con una u otra posibilidad. Así que ajustándome a este hecho pensé que un 10% de posibilidad para un “sí” y un 90% para un “no” era justo para contestar a la pregunta que tenía que responder.
A este primer paso la respuesta se quedo del lado del 90%, o sea, contestación: NO. Pero, dentro de este porcentaje entran en juego tres de cuatro elementos que completarían una respuesta afirmativa, de los más determinantes. Con esto, y sin querer escaquearme del “NO” como respuesta prometida, he de aclarar, que no sólo el “sí” quedo cerca, sino que además no es un “no” a secas y sin triunfo.
Pero claro, no hay que olvidar que todo esto no es más que “trucos de magia” del juego de la adivinación.
