miércoles, 8 de diciembre de 2004

CASUALIDADES VS CAUSALIDADES





Viajar, es una de las cosas más apasionantes y útiles que existen. Nos abren los ojos en muchos aspectos y nos llenan de conocimientos. Por las circunstancias de mi vida no es que haya viajado demasiado; casi todo ha sido a nivel nacional. Sólo conozco dos ciudades extranjeras, dos de las más internacionales eso si: Londres y París.



Ambos lugares tienen sus particularidades, pero comparten en común características europeas y las propias de las grandes ciudades. A parís la tengo muy reciente, no hace ni un mes de mi regreso. Es una bella ciudad que me inspira majestuosidad. Adoro su idioma y lo cercano que es al mío, me divierte su snobismo y el culto a la moda. Es una buena ciudad para el mundo de “las divinas” y a mi eso siempre me tira. Sin embargo, y a pesar de mis pesares soy más londinense, me gusta ese mundo de desarraigo y jovialidad, el culto a la diversión aunque también al consumismo desmesurado. No acabo de entender por que no puedo olvidar mi lazo con aquella ciudad.




Pero más allá de vínculos y gustos hay ciertas coincidencias que no termino de saber ubicar. No he visitado estas dos ciudades por puro placer, de ambas me ha costado mucho regresar, en las dos converge mi hermano, en las dos tengo amistades de mi propia ciudad, en las dos hay parte de mi sin mi permiso y si no fuera suficiente de las dos regrese en la misma fecha sin que en ninguna de las dos ocasiones yo interviniese en ello.




Mi amiga “Carajo” dice sobre si misma que “la vida se le repite”, Nietzsche nos hablaba del eterno retorno, y en mi caso… aun intento averiguar que ocurre.



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